1630

Originario de Alcalá de Henares, España,Bernardo Calderón Guillén llegó a la ciudad de México como “mercader de libros”, estableciendo una tienda en la Calle de San Agustín (hoy Rep. de Uruguay), se unió en matrimonio con Paula Benavides, criolla nacida en la ciudad de México en 1629.

Un horizonte familiar de libros y nuevas impresiones, rodeó a sus seis hijos, siendo el primogénito Antonio Calderón Benavides, nacido en la Capital de la Nueva España en 1630.

1641

Paula Benavides viuda de Calderón,
por un periodo de 43 años ininterrumpidos… ( )
aparecerá hacia 1641 –a un año de la muerte de su esposo-,”como la primera mujer de la familia
(en la ciudad de México) que asumió en plenitud su calidad de viuda e impresora… ( )hasta el año de su muerte acaecida en 1684”

1654

Sabemos que en el taller de Dona Paula trabajaba el joven Antonio Calderón Benavides de tan sólo 14 años de edad.
A los veinte años lo encontramos como Bachiller en Filosofía; en 1653, Bachiller en Cánones, y en 1654 en Leyes, un año después, será ordenado sacerdote.

Obtuvo en su corta existencia, los cargos de Consiliario de la Real y Pontificia Universidad, Consultor del Tribunal de la Santa Cruzada, Comisario del Santo Oficio, Capellán el Hospital de Jesús, y como dice la cartela del retrato que se encuentra en la Pinacoteca de La Profesa:

1657

Atravesando por una enfermedad el Padre Antonio Calderón Benavides “…hizo voto a nuestro adorado Padre S.
Phelipe Neri de fundar en México (prestándole Dios salud) una Congregación a la manera que el Santo Patriarca la avia (sic) fundado en la Capital del Mundo Roma: Y aviendo (sic) felizmente convalecido, fue la prôptitud de fu agradecimiento la puntual ejecución de fus designios”.

1658

24 de enero. El P. Calderón reúne un grupo de sacerdotes para tener conferencias edificantes y presentan unas constituciones o reglas, al Señor Arzobispo de México Mateo Saga de Bugueiro, quien las aprueba, ordenando no exceder más 33 sacerdotes el número de los congregados.

26 de mayo, Fiesta de san Felipe Neri, celebrada juntos por primera vez en la Iglesia de las Señoras Religiosas de San Bernardo (Religiosas Concepcionistas), cuyo Padre Sacristán era D. Pedro Díaz de Arévalo.

1659

1 de mayo, aprobación de las nuevas reglas elaboradas por uno de los miembros, el Bachiller Gregorio Martín de Gijo ampliando el número de miembros (llegó a 120) con el nombre de: Sagrada Unión de los Clérigos Presbíteros del Oratorio de Nuestro Glorioso Padre San Felipe Neri, fundador de los de Roma “…la fundamos para ejercitarnos en actos de virtud, como son visitar a los enfermos en los hospitales y fuera de ellos, presos en las cárceles públicas de esta ciudad, consolarlos espiritualmente y animarlos…” (Constituciones II, 1)
…se determinaron no sólo a la salud de las almas; sino también la de los cuerpos en los sacerdotes enfermos…” 8 de mayo, traslado de las reuniones al Templo de nuestra Señora de Balvanera, Convento también de Religiosas” (Capilla de la Soledad).

Se tiene la primera elección “que nuestras Constituciones llaman Prepósito y Diputados, y ellos dijeron de Prefecto, y Consultores…” 7 de junio, lunes primero de mes, cita para las conferencias de la Pía Unión, para edificar la vida de los sacerdotes de la capital. 12 de septiembre, por sorteo, la advocación de Nuestra Señora de las Nieves se establece como tutelar y Patrona de la Pía Unión, cuya fiesta litúrgica se celebra el 5 de agosto

1668

“Primera piedra y fundamento para la fundación de esta Congregación. Murió a 12 de julio de 1668 y 38 años de su edad”.

1 Cf. Paula Benavides: impresora del siglo XVII. El Inicio de un linaje. Rev. Contribuciones desde Coatepec, enero-junio, 010. Universidad Autónoma del Estado de México, 2006, pp. 103-115.

1697

El 24 de diciembre de 1697, el Papa Inocencio XII, firma la Bula “Ex quo divina Majestas”, con la que se erige a la Pía Unión como Congregación del Oratorio de San Felipe Neri de México.

1768

Un terremoto en la ciudad de México el 8 de abril de 1768, destruyó las bóvedas del segundo templo, que los Padres del Oratorio, habían construido en la antigua Calle de san Felipe Neri, hoy República de El Salvador, en el Centro Histórico.

Los oratorianos o felipenses -como se les llamaba en la época-, pidieron permiso para celebrar sus actividades litúrgicas en el Templo de La Profesa, confiscado por el gobierno virreinal, como consecuencia de la expulsión de la Companía de Jesús, por orden del Rey de Espana Carlos III en 1767.